Nos complace enormemente ofrecer a nuestros lectores las cartas de Valle-Inclán al pintor Ignacio Zuloaga (1870-1945) que se conservan en el Museo Zuloaga de Zumaya, dirigido por Mª Rosa Suárez Zuloaga, nieta del artista, a quien agradecemos encarecidamente su autorización para dar a conocer esta documentación, hasta la fecha inédita.

    Nada de esto hubiera sido posible sin la paciente labor, el entusiasmo y la gentileza de don Mariano Gómez de Caso, autor del artículo que presentamos a continuación. Segoviano de pro y profundamente enamorado de su ciudad natal, Gómez de Caso ha dedicado gran cantidad de tiempo y esfuerzo al estudio del pintor vasco, que entre 1898 y 1916, en sus visitas estivales a su tío Daniel -excelente ceramista-, encontró en la villa castellana una caudalosa fuente de inspiración artística. «Me interesó Zuloaga en tanto que él se interesaba por Segovia» –afirma don Mariano en un texto de próxima aparición en los Cuadernos de Ignacio Zuloaga. Esta devoción, alimentada desde la infancia por su círculo familiar, le llevó durante años a reunir cuanta información llegara a sus manos sobre el genial pintor y su amada Segovia: profusas lecturas, innumerables consultas hemerográficas, acopio de sellos y de centenares de fotografías... Al fervor por Ignacio vino a sumarse un hondo interés por Daniel, especialmente desde que Juan de Peñalosa, director del Museo de San Juan de los Caballeros de Segovia, le encargara la ordenación de su nutrido archivo. La laboriosidad y profundo saber de Gómez de Caso iban a canalizarse después en diversas conferencias y, sobre todo, en la organización de tres exitosas exposiciones: “Ignacio Zuloaga” (Segovia, 1984), “Cinco pintores vascos” (Segovia, 1993) e “Ignacio Zuloaga desde la barrera” (San Sebastián, 1993). Asimismo,desde 1983 y bajo los auspicios de Mª Rosa Suárez, ha llevado a cabo una ingente tarea en el archivo del Museo Zuloaga de Zumaya. Fruto de lo que él mismo llama su “patología zuloaguesca” son diversas colaboraciones en libros y revistas, y dos monografías: Correspondencia de Ignacio Zuloaga con su tío Daniel (Diputación Provincial de Segovia, 2002) y Falla, Larreta y Zuloaga ante “La gloria de don Ramiro” (Edición del autor, Segovia, 2006). De su pasión segoviana dan fe otras publicaciones, entre ellas un estudio sobre Antonio Machado y Pilar Valderrama en Segovia (Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Segovia, 2007).

    Nadie mejor, pues, que don Mariano, excelente conocedor del rico epistolario de los Zuloaga, para contarnos los entresijos de las cartas que se cruzaron Ignacio y Valle-Inclán y las amistades que compartieron, entre las cuales destaca la célebre bailarina Tórtola Valencia. Ilustran su trabajo bellas imágenes de diversos cuadros y... un dibujo – apócrifo, eso sí- de Valle-Inclán ¡vestido de torero!

    Antes de ceder la palabra a nuestro entrañable colaborador, quisiéramos subrayar que gracias a su trabajo los investigadores pueden disponer ahora de toda la correspondencia de que se tiene noticia entre el artista eibarrés y el escritor gallego, pues las cartas que Zuloaga remitió a Valle fueron publicadas por Joaquín del Valle-Inclán en su Valle-Inclán, inédito (Madrid, Espasa-Calpe, 2008), donde recoge parte de los fondos existentes en el archivo de su padre, Carlos del Valle-Inclán, un material que en estos momentos es propiedad de doña Mercedes Alsina. Precisamente, a la documentación dada a conocer por el nieto de Valle, Gómez de Caso añade dos dedicatorias de sendos cuadros zuloaguescos que le han sido facilitadas por don Joaquín, a quien también quisiéramos expresar desde aquí nuestro sincero agradecimiento.
Carme Alerm.

Valle-Inclán, los Zuloaga y otros

Mariano Gómez de Caso Estrada

Encargado de la documentación y archivo del Museo Zuloaga, Zumaya.

    Desde 1983 trabajo en la ordenación del archivo del Museo Zuloaga, en Zumaya. Últimamente, desde Barcelona, unos investigadores me han pedido unos datos sobre el escritor don Ramón del Valle-Inclán. De inmediato sólo pude aportar las tres citas que aparecen en mi trabajo Correspondencia deIgnacio Zuloaga con su tío Daniel, que ellos conocían1. En dos o tres días pude atenderles con algunas notas que tengo en el ordenador. Pero, metido en la afición que me entretiene (rastrear sobre lo que se me solicita para cumplir debidamente), di con poca cosa. Cara de Plata, Juan Manuel Montenegro, el cura de Santa Cruz, el generalito Banderas y esos inmortales personajes, que andan por el mundo a sus anchas, no se van a enterar de ese salto, a modo de pulga, que voy a dar sobre un elefante. 

En el presente artículo saco a la luz cinco cartas inéditas que el genial Valle-Inclán dirigió a su amigo Ignacio Zuloaga. Llevan por origen y fecha: 

            París, 16-IV-1916

           Puebla del Caramiñal,  22- noviembre – 1917

           Ateneo de Madrid, 6- IX-1932

           Madrid, 4-XII-1932

           Madrid, Hotel Regina, sin fecha. 

Asimismo, junto a algunas caricaturas, quizás poco conocidas, presento ciertas notas sobre don Daniel e Ignacio Zuloaga, Tórtola Valencia, Auguste Rodin, Fabián de Castro y su conocido, Jacques Chaumié.


DANIEL ZULOAGA

Ignacio Zuloaga, retrato de Daniel Zuloaga    Eusebio Zuloaga, el iniciador de la saga de artistas, en sus muchos viajes al extranjero conoció la importancia que se estaba dando a la cerámica e indujo a sus hijos, Guillermo, Daniel y Germán a que estudiaran en la escuela de cerámica de Sévres. 

    Formados, volvieron a España y en el año 1877, a instancias de la Corona y bajo los auspicios de Alfonso XII, se levanta fábrica en La Moncloa para crear una escuela de Artes de Cerámica, dirigidas por los Zuloaga. Entran otros socios, pero no se ve un futuro firme. Luego, Daniel buscando la tranquilidad de una remuneración fija, da clases de cerámica en Madrid, en la Escuela de Artes y Oficios.
    En 1893, el Ministerio de Fomento le encargó a Daniel Zuloaga revestir exteriormente el nuevo palacio ministerial, que se construía en la plaza de Atocha. Se necesitaban hornos de gran potencia y naves amplias, por lo que en ese año de 1893 se va a producir un hecho de enorme trascendencia: Daniel Zuloaga llegó a Segovia para llevar a efecto este encargo. Necesitaba las instalaciones de la fábrica de loza de los Vargas, movida por las aguas del Eresma. Sabe resucitar el brillo cobrizo de los alfares moriscos, esmaltes y policromados; conoce los frisos asirios, los magníficos relieves modelados y barnizados, introducidos en Italia por Lucas della Robbia en los comienzos del siglo XV, que hoy se conservan tal como los realizó.

    Daniel Zuloaga se instaló aquí, en Segovia, en 1893 y aquí vivió hasta su muerte, acaecida el 26 de diciembre de 1921. En 1911, al ser nombrado profesor en la Escuela de Cerámica de Madrid, tuvo que abrir casa en la Corte, sin dejar nunca la de Segovia, ya que en el taller trabajaban sus hijos, sus operarios y él mismo, los fines de semana y durante las vacaciones

    Los intelectuales de Segovia recibieron con justas esperanzas a este gran artista, maestro en muchas artes, quien pronto se integró en la vida segoviana y su opinión fue requerida cuando de asuntos artísticos precisaban organismos oficiales. 

El año 1904 compró la iglesia de San Juan de los Caballeros, donde instaló hornos en 1908 para tener taller propio.
Daniel Zuloaga en el taller de San Juan de los Caballeros trabajó infatigablemente, no se daba descanso. «Mientras los que me visitan me honran, me proporcionan un placer los que nunca me visitan...»2.

    Frecuentemente, amigos o admiradores se acercaban a San Juan de los Caballeros para charlar también con Ignacio Zuloaga, quien se reservó el ábside de la epístola como estudio. Trabajaba en él todos los otoños; acabada la temporada se iba a París con toda su obra. En cierta ocasión dejó unos cuadros para que se secaran, y un visitante los contempló. Ante los lienzos Daniel emitió un juicio negativo respecto a las tendencias modernas en que caía su sobrino; el  acompañante se unió en sus juicios, a lo que Daniel, respondió rápido: 

-¿Y usted quién es para hablar así de Ignacio Zuloaga?

- Hombre, como usted ha dicho.....

- Yo he dicho lo que he dicho porque puedo decirlo. Para hablar mal de Ignacio Zuloaga o se tiene que ser tío suyo, o pintar como pintaba Goya. ¿Lo ha oído usted? 3

Daniel, a ratos, era impetuoso, casi violento cuando se veía interrumpido en momentos cruciales:

     Hace poco vinieron a verme a mi estudio unos franchutes; me preguntaron si yo era Zuloaga.
-Sí señores, yo soy Zuloaga. 

      -Pero ¿Zuloaga el pintor? 

      Y sabe usted lo que les contesté?: ¡Merde¡ 4

Daniel Zuloaga en San Juan de los Caballeros  En el casino de Segovia, reducto de conservadores, se comentaban sus hazañas. Confundían sus ideas con respecto a ciertas personalidades. No creía en Dios y era amigo del Obispo. Era un republicano de casta y trataba al Rey y a su tía Isabel con todo afecto.

   En 1898 dejó una obra importante en la catedral de Segovia: un retablo de cerámica para el Cristo de la Expiación que había legado el marqués de Lozoya. Lo hubiera firmado Lucas della Robbia. 

   En año posterior, 1908, otro cabildo y otro obispo acuden a él para que realice al óleo un telón para colocar ante el Monumento de la Semana Santa: obra magnífica y de enorme exceso de trabajo, pues la cortina tenía una superficie, pintada, de 22 metros de altura por 10'60 de ancho, una muy digna obra donde sacó a relucir su gran inspiración y genio. 

   La infanta Isabel, La Chata, tan querida en Segovia, era una muy buena clienta. En una ocasión le acompañaban sus sobrinos, los Reyes, el príncipe Rainiero y su séquito. Don Alfonso XIII, ante un magnífico óleo de Daniel, cuadro que representaba el salón Gasparini del Palacio Real, le fue indicando a la reina Victoria Eugenia los pormenores. Daniel, muy complacido, le obsequió con el cuadro, que el Monarca recibió con gran agradecimiento.5

  Así era el brujo de San Juan de los Caballeros, el que hacía oro con  el barro, el locuaz caballero de blancas y luengas barbas.
Segovia mantendrá por siglos una inmensa gratitud a Daniel Zuloaga, pues ayudó a mantener el prestigio de que goza como una gran ciudad rica en arte.



IGNACIO ZULOAGA

Ignacio Zuloaga, Autorretrato     La ventura de Segovia no paró, ya que en 1898 se presentó Ignacio Zuloaga para estar unos días con su tío Daniel y la familia. Éste le hizo ver el enorme caudal con que estaba dotada la ciudad y su provincia, de donde podía sacar infinidad de temas para pintar.

En pocas semanas compuso un par de cuadros que, llevados a París, donde residía, fueron adquiridos por los gobiernos francés y belga. Supuso el inicio de dieciocho años seguidos de estancias estivales.


    Sin duda alguna, Ignacio fue el ganador del encuentro estético de los Zuloaga con Segovia. Ignacio Zuloaga, entre 1898 y 1916, pintó en Segovia ciento cuatro cuadros y se llevó a París veintiún temas para acabar allí. Con algunos de ellos triunfó el año 1904 en Dusseldorf; en el Salón de la Sociedad Nacional de Bellas Artes de París, alcanzó los mejores honores en las cinco veces que se presentó: 1903, 1905, 1908, 1912 y 1914; gran triunfo en Roma en 1911, y en las bienales de Venecia; triunfador absoluto en Buenos Aires en 1910 y en Estados Unidos en 1909, 1914, 1916 y 1925.
  

    En esas exposiciones, gobiernos, coleccionistas y particulares compraron cuadros que hoy se consideran de los mejores que salieron de su paleta: El alcalde de Torquemada, Toreros de pueblo, Celestina, Paisaje de Segovia Tipo segoviano, Las brujas de San Millán, Gregorio el botero, Los flagelantes, El Corcito, La víctima de la fiesta, La familia de mi tío Daniel, El Cristo de la Sangre, así como muchos otros cuya enumeración sería prolija (cuarenta y tantos retratos de sus primas, las hijas de don Daniel) y los diez paisajes de Sepúlveda que, después de Segovia,  fueron los que más veces llevó a los lienzos. Cuéllar, Coca, Turégano, Ayllón y Pedraza fueron también motivos de inspiración.


    Su mejor biógrafo, el catedrático don Enrique Lafuente Ferrari, consideraba que si Zuloaga hubiera fallecido en esos años que dejó Segovia, poca fama hubiera añadido en los que luego vivió. 

Durante este periodo realizó en París los retratos de Barrés, Larreta, La Bréval, y el muy famoso de la condesa de Noailles. El retrato del Duque de Alba, realizado en Madrid en 1918, abrió el camino a una larga serie de retratos de personalidades de la nobleza, intelectuales, financieros, etc. De los ochocientos diez cuadros que componen el total de su obra,  la mitad son de esa época, la marcada por la Primera Guerra Mundial.

Coincidían los intelectuales contemporáneos en que su obra no era conocida en exposiciones españolas, por lo que para verlas había que ir a sus estudios.

    Buscando mayor formación, Ignacio Zuloaga se instaló en París en 1890. España le atrae. Realiza escapadas. Desde 1893 hasta 1897 pintaba en Sevilla; desde 1898 hasta 1914 venía todos los años a Segovia (el año 1899 se casó en París con la bordolesa Valentine Dethomas, y con ella llegó a esta ciudad); en 1914 inauguró en Zumaya vivienda y estudio, lo que supuso dejar el taller de San Juan de los Caballeros, pero de ninguna manera se produjo un distanciamiento con su tío Daniel. 

    El año 1920 abrió casa en el Paseo de Rosales, yendo a trabajar al  estudio de Las Vistillas, que ocupó tras dejarlo el escultor Victorio Macho, siendo allí donde falleció el 31 de octubre de 1945. 


    Concretando, en la calle Caulaincourt, en San Juan de los Caballeros de Segovia, en Santiago Echea y en las Vistillas recibió infinidad de admiradores de sus obras, pues la primera exposición oficial en España no se celebró hasta el año 1926.



 

RAMÓN DEL VALLE-INCLÁN
 

Ignacio Zuloaga, retrato de Valle-InclánLa primera noticia que he logrado alcanzar, que les relacione, proviene de las tertulias a que ambos asistían en 1903, en el café de Levante.

1905.- 13 de diciembre. Banquete en el Fornos.
1907.- Valle e Ignacio Zuloaga coinciden en el café de Levante. (José Nogales). 6

1908.- Unamuno escribe un poema en torno a Zuloaga, según le dice a Marquina. 

1908.- 2 de agosto. Valle-Inclán pasó el día en Segovia. 

Se lee en el Diario de Avisos del día 3 de agosto (pág. 3):


Noticias de viaje.- Valle-Inclán en Segovia. También tuvimos el gusto de ver al eximio novelista, autor de las célebres novelas Sonata de Primavera y de Invierno, al excelso narrador de las memorias del marqués de Bradomin, don Ramón de  Valle-Inclán. 


Por su parte 
El Adelantado de Segovia de ese mismo día 3 (pág. 2) comunica:


Sueltos. Ayer pasó el día en esta Capital el ilustre escritor don Ramón Valle-Inclán quien regresó á la Corte en el tren de las 8 de la noche.7
 

Es la escueta noticia. Yo digo que Valle-Inclán estuvo con Daniel Zuloaga en su taller. Este taller era la Meca artística adonde acudían solícitos los intelectuales que llegaban a la ciudad. ¿Por qué no iba a estar con el ceramista más renombrado de España? 

Valle-Inclán, sin duda, pasó por debajo del Acueducto, lo contempló y se maravilló; eso tampoco lo dijo el reportero.


Antonio de la Villa manifestó en 1919 que Valle-Inclán había escrito una «pintoresca y fugosa narración» de su visita a San Juan de los Caballeros:


Recorreríamos al azar, la ciudad, como dos peregrinos y después nos refugiaríamos en San Juan de los Caballeros, el magnífico templo de Daniel Zuloaga, y allí, frente a los dos artistas gozaríamos de la exquisitez de su arte y de su hospitalidad. 

Camba no había estado en San Juan de los Caballeros pero ya lo conocía, por una pintoresca y fugosa narración de Valle-Inclán, por unos artículos prodigiosos-acaso los mejores artículos- de Noel. ¿Cuándo vamos, Camba? ¿Cuándo me llevas, Camba? ¿Cuándo te decides? 
Y así pasó todo el año de 1918 y todo lo que va del 1919.8

    ¿Esa «fugosa» no será debida a una fugaz visita a Segovia, plena de intenciones varias? Daniel Zuloaga charlaba por los codos y el periodista que puso la nota en El Adelantado, Pepe Rodao9, admiraba a Valle y le atendió como era su costumbre, al igual que a intelectuales y artistas a los que incluso les acompañaba a la estación del ferrocarril.


Mi estimado amigo, Abraham Rubio, en su obra Los Zuloaga, artistas de la cerámica, a comienzos del capítulo 3 recoge:


...Don Daniel, en sus viajes a Madrid, acudía a la tertulia de “El Gato Negro”, y allí sobre las mesas de mármol, “barba a barba” con Valle-Inclán, aseguraba en su charla enérgica y pintoresca, que Segovia era la ciudad más bella del mundo.10
 

1913.- 23 de noviembre. Firman Zuloaga y Valle-Inclán, con otros intelectuales, en el documento «Liga de los derechos del Hombre y del ciudadano». 

1915.- 5 de Julio. Manifiesto de los intelectuales españoles a favor de los aliados. 

1916.- Mayo. Zuloaga en su domicilio y estudio en París, de 54 Rue Caulaincourt. Recibe a Valle Inclán, Corpus Vargas, y a la esposa del embajador de los EE.UU. en Francia.


   Carta de Valle-Inclán. Tengo confusión. Quizás haya habido otra carta anterior, ya que con posterioridad a ésta de Valle, el 15 de junio, es cuando Zuloaga avisa de su salida de París: El domingo marcho a nuestra querida y sin igual hermosa tierra. ¿No puede haber habido confusión por parte del escritor en datar el mes IV en lugar de VI?

Carta de Valle-Inclán a Ignacio Zuloaga, junio 1916carta de Valle-Inclán a Zuloaga, 1916

 

París-16-IV-1916

    Mi admirado amigo: Recibo su carta donde me anuncia su salida para España, pero no las dos reproducciones de sus cuadros. Es regalo que le agradezco muy vivamente, y no se lo perdono.

   Pónganse de acuerdo usted y nuestro Don Miguel. Y váyanse este verano un mes o dos a recalar en mi casa de Galicia. Las carreteras son buenas, el paisaje noble, la gente discreta, y mi casa familiar ancha y honrada. 

  Como indicaciones para el camino basta con éstas: Pontevedra-Cambados. Allí no faltaran motivos para pintar y en los días que hiciese malo, hacía usted mi retrato. ¿Puedo esperar su visita? Sería, créame, una gran alegría para su admirador y su amigo que le estrecha cordialmente la mano.


                                   Valle-Inclán.


Como arriba quedó dicho, hay coincidencia de noticias en esta carta con la que a continuación se transcribe; por ejemplo el anuncio de la salida hacia España, el envío de dos reproducciones de cuadros y el lugar (Cambados) para realizar el retrato. 

54 rue Caulaincourt

París, 15 Jun 16


Sr. Valle-Inclán:


Mi distinguido amigo: Desgraciadamente no pude ir con Vds. Fue imposible arreglar el asunto. Nos acordamos tarde. Qué lástima!

En fin; gracias a que me queda la esperanza de ver todo eso descrito, por su gran talento, y así recibiré seguramente emociones que, en el frente, hubieran pasado desapercibidas por mí.

El domingo marcho a nuestra querida y sin igual hermosa tierra.

Voy a trabajar por Castilla y La Rioja, pero en Zumaya también estaré, y allí tiene siempre su casa, un amigo y un admirador.

Ignacio Zuloaga

Me he permitido mandarle a Vd. dos reproducciones de cuadros míos. El uno sé que no le disgusta “Agustina la gitana”. El otro es “El castillo de Cuéllar” donde Espronceda estuvo desterrado. ¿Le gustará? Ojalá.

    ¡Cuánto me gustaría pintar su retrato! ¿Pero cuándo podría ser? ¿Y en dónde?

Don Joaquín del Valle-Inclán, muy amable, me proporciona las dedicatorias:

- Retrato de Agustina la gitana, realizado en 1912: A don Ramón del Valle-Inclán s. affmo. amigo y admirador Ignacio Zuloaga

- Paisaje con el castillo de Cuéllar (Segovia), realizado en 1909: Amigo Valle-Inclán Este es el castillo de Cuéllar lugar a donde fue desterrado Espronceda, destierro soñado por s. affmo amigo y  admirador Ignacio Zuloaga.

Hay testimonios de que, a la semana siguiente de escribir esta carta, el 22 de junio de 1916, Ignacio Zuloaga está en Zaragoza, allí, un grupo de amigos le organizan para el 23 un viaje a Remolinos, donde autentifica cuatro obras de Goya.

Pasó unos meses en Zumaya y el 11 de noviembre ya estaba en París, donde acabó el año. 
El 22 de noviembre de 1917, desde París, escribe a su tío Daniel. Allí va a recibir la siguiente carta de Valle-Inclán:

Carta de Valle-Inclán a Ignacio Zuloaga, noviembre de 1917
Carta de Valle-Inclán a Zuloaga, noviembre 1917


Valle-Inclán

Casal de la Merced

Puebla de Caramiñal

22 de noviembre de 1917.


Querido y admirado Zuloaga:


    Con cerca de un mes de retraso recibo su amable carta. Ésta mía llegará a sus manos Dios sabe cuándo, porque la frontera está cerrada. En paquete certificado le mando alguno de mis libros, los que yo creo más significativos y más míos. Ellos quizás le sugieran alguna idea para el retrato, y le confirmen otras. En los libros, como en toda obra de arte, está siempre definido el carácter del autor, y no en lo que es, que muchas veces suele ser una contradicción viviente, sino en lo que hubiera querido ser. En la obra de arte está la personalidad malograda por la educación, por el ambiente y por el destino adverso.
    Supongo que este invierno nos veremos en Madrid. Yo regresaré allí muy pronto, ya sin cojera. Entonces usted me dirá qué le han parecido esos libros, y cómo tiene proyectado el retrato, para el cual estoy deseando servir de modelo. Quiera Dios que el año próximo venga usted á este retiro donde siempre espera su prometida visita, su admirador y su amigo

Valle-Inclán.

    Sin embargo, el retrato no lo realizará Ignacio Zuloaga hasta el año 1931. Las ideas artísticas sobre la estética son de una profundidad total. Creo que en este retrato la personalidad, tanto la del retratado como la del pintor, es patente. 

    En este año de 1917 se culminarán las aspiraciones que durante mucho tiempo ha estado alimentando Zuloaga. Goya era para él el gran maestro, al que había que seguir en su técnica y en sus ideas estéticas. Lo vemos en esos retratos o composiciones de manolas, gitanas, motivos taurinos e incluso en los que realizó de su prima predilecta Cándida y los diez en los que figurarían Esperanza y Teodora, todas hijas de Daniel.

     Ya, en 1907, en Burdeos, donde había nacido su esposa, Valentina Dethomas, y residía la familia de ésta, hizo poner una lápida en la casa donde murió Goya. 
    Por las fiestas del Pilar de 1917, la noche del 7 al 8 de octubre, duerme en la casa donde nació Goya. Se la compró a sus descendientes, los Lucientes. Había pagado las obras necesarias para levantar una escuela infantil, para cuya puerta realizó un dibujo que pasó a su tío Daniel con el fin de que hiciera una placa en cerámica, según carta anterior. El 8 de octubre de 1917 tuvo lugar la inauguración del Museo Goya y las escuelas. A las fiestas, organizadas por el ayuntamiento de Fuendetodos con este motivo, se une su inseparable Uranga, Falla –quien acompañó con el armonium de la iglesia parroquial los cánticos de Aha Lahowska-, Julio Antonio11, Royo Villanova, Rocasolano, representantes de organismos y entidades de Zaragoza, periodistas, el pueblo entero encabezado por las autoridades y descendientes de Goya; en fin, una fiesta multitudinaria, con una caravana de veinte automóviles y más de quinientos invitados.

1919.- Con motivo de las ferias de San Juan y San Pedro, Daniel e Ignacio Zuloaga, en una tertulia de Madrid, van a organizar una corrida de toros. El íntimo de ambos, Juan Belmonte, entonces en la cumbre de su arte, se presentará por primera vez en Segovia. Las gestiones ante el Ayuntamiento las llevará Daniel


Caricatura de Daniel Zuloaga, Belmonte y Valle-Inclán, Segovia 1919
Caricatura de Eugenio de la Torre Agero, Torreajero
Ignacio con su paleta a la diestra; Daniel que va a ofrecer a Juan Belmonte
uno de sus botijos adornados con motivos segoviano yel escritor Valle-Inclán,

a cuya izquierda apenas se aprecia la plaza de toros.


Ignacio correría con todos los gastos y si se producían beneficios éstos serían para los pobres de Segovia. Efectivamente, en octubre el alcalde de Segovia, don Juan González Salamanca, recibió de Zuloaga el excedente.

    La corrida resultó un notición para la vida segoviana. Sabrosísimos comentarios surgieron en El Adelantado de Segovia. Aparecen en los días, 4, 6, 10, 23, 24 y 30 de junio. Según este diario asistieron a la corrida muchos de los contertulios que estuvieron presentes en la encerrona en que se vio metido Belmonte, provocada por el entusiasmo de Zuloaga y muchos del entorno. Cabe citar a los artistas Sebastián Miranda, Romero de Torres, Miguel Nieto; los escritores Valle-Inclán, Pérez de Ayala, Luis de Tapia, Antonio Casero; los periodistas Julio Camba, Gillés, Villa, Gorrochano y Juan José Llovet; el ingeniero Montalvo, el banquero Corrales, etc. Los periódicos de Madrid dieron una amplia información.

1922.- 6 de mayo. Valle-Inclán y Zuloaga van a coincidir en el banquete que organizó Ramón Gómez de la Serna a Don Nadie


Banquete a Don Nadie en el café Pombo.Banquete en el Pombo.

    Parece ser que en una visita del novelista al matrimonio Valentina Dethomas e Ignacio Zuloaga, el año 1930, aprovecha éste para tomar un apunte de su amigo, que va a figurar en el cuadro Mis amigos, que desde 1920 está preparando, con el fin de recordar en él a sus más íntimos
12.

En 1931 Zuloaga realiza el retrato de Valle-Inclán. ¡Por fin!

    En un artículo firmado por Pérez de Ayala, aparecido en El Sol, de Madrid el 21 de marzo, leo que durante su estancia en Madrid, de un mes escaso, acabó el retrato ecuestre de la duquesa de Montoro, el de Carmen Marañón, el de Valle-Inclán y el del firmante del artículo13.

    Zuloaga, también seguidor de Zurbarán, solía incluir bodegones en sus cuadros o en casos concretos símbolos relacionados con el artista: la ría del Nervión, en el retrato de La Sota; un piano en Paderewsky; rosas y libros en La Condesa de Noailles; puro habano entre los dedos y libros al alcance, en el de Ramón Pérez de Ayala; vista de La Alhambra y partituras musicales, en Falla; terreno con alguna ondulación y castillo en alcor tras Azorín, entre cuyos dedos sujeta un libro titulado Pensando en España.

En Valle no representa símbolo alguno.

Fondo neutro; se centra en la energía del retratado, la que surge de su personalidad. Expresa rotundidad, la fuerza, que emana del llamado “Volcán Valle-Inclán”. 

Pérez de Ayala manifiesta en ese artículo: 

Del admirable retrato de Valle-Inclán por Zuloaga, no es posible ni lícito hacer un breve comentario. En él se enfrentan y equilibran dos personalidades desconcertantes: el pintor y el modelo..14.

Este año van a ser nombrados miembros del Patronato del Museo de Arte Moderno de Madrid, Zuloaga, Valle-Inclán, Zuazo, Lacasa, Margarita Nelken, Benedito, Juan Cristóbal, Emiliano Barral, Luis de Tapia, Juan de la Encina, Méndez Casal y Echevarría. 

     Un anónimo toma el cuadro de Zuloaga realizado en Segovia el año 1913 titulado Ídolos futuros en los que cinco novilleros van a bajar a la plaza de Turégano, improvisado ruedo. Cambia los rostros de los cuatro que se ven y los sustituye por los de Luis de Tapia, Valle, Lacasa y Juan Cristóbal.

Ignacio Zuloaga, Idolos futuros, trastocado.
    El siguiente año, 1932, va a ser fecundo en correspondencia, ya que Valle-Inclán desea ser nombrado director de la Academia de Bellas Artes, y Zuloaga, haciendo honor a la amistad, va a recurrir a las personas más influyentes. No alcanzo a analizar las cartas; hay mucho escrito sobre ello. Para mí es enorme la satisfacción de presentarlas:
Carta de Valle-Inclán a I.Zuloaga, septiembre 1932jjj
Carta de Valle-Inclán a I.Zuloaga, septiembre 1932Carta de Valle-Inclán a I.Zuloaga, septiembre 1932


Timbrado:

El Presidente del Ateneo de Madrid. 6-IX-1932

 

Sr. Don Ignacio Zuloaga.


Mi querido amigo: Tengo en trámite una gestión para que me envíen de Director de la Academia de Bellas Artes de Roma, y le pongo estas letras para rogarle que me ayude en mi pretensión.

En el nuevo Reglamento se introduce la modificación de que propongan candidato, la Academia de Bellas Artes –que preside Romanones-, el Patronato del Museo del Prado, -que preside el duque de Alba-, el del Museo de Arte Moderno, y la Junta Cultural del Ministerio de Estado que preside Menéndez Pidal. 

Nuestro amigo Marañón forma parte de la Junta Cultural y del Patronato del Prado. Mucho le agradecería que con los amigos que usted tuviese en la Academia, Patronato y Junta, hiciese gestión en pro de mi candidatura. 

Parece ser que tengo dos terribles contrincantes: Andrés Ovejero y el arquitecto Florez: Éste me parece ser el de más cuidado, por su calidad de institucionista y monárquico. Ya sabe usted que la República tiene predilección por estos resellados. Florez es Académico de Bellas Artes, Ovejero catedrático de Arte, y yo no soy nada.

¡Sería paradójico que ahora, a mí, me perjudicase haber permanecido al margen de los honores y mercedes oficiales de la Monarquía!

No le encarezco cuánto me remediaría el poder ir a Roma.

Siempre su admirador y su amigo, le estrecha la mano


Valle-Inclán.
S/c Plaza del Progreso-5-

Ignacio Zuloaga acude a la llamada de su amigo:


Santiago Echea

Zumaya (Guipúzcoa)

7 octubre 1932

Mi querido amigo:

Cuente conmigo incondicionalmente; y crea que mi mayor placer será hacer cuanto yo pueda para que sea Vd. nombrado Director de la Academia de Roma pues no es menester ser pintor ni escultor para ello. Al contrario es contraproducente. Nadie mejor que Vd. puede ocupar ese puesto.

Haría Vd. seguramente una gran labor en bien del arte Español.

He escrito a Marañón, y al duque de Alba; y escribiré a cuantos conozca.

Si Cree Vd. útil que yo vaya a esa me lo dice; pues deseo tener cuantas ocasiones pueda para probarle además de mi profunda admiración mifraternal amistad para Vd.

Ignacio Zuloaga

1932.- 21 de octubre. I. Zuloaga pide en El Sol que se nombre a Valle-Inclán director de la Academia Española de Bellas Artes en Roma.
Días después escribe la siguiente carta, matasellada de entrada en Correos el 25 de octubre de 1932:


Santiago Echea

Zumaya (Guipúzcoa)  

Mi querido amigo:  

Adjunto la carta (que me encuentro aquí) de Romanones.

En ella le confirmará la cuasi completa unanimidad de parecer respecto a lo de su asunto. 

¡Qué alegría sería para mí ir a verle a San Pietro in Montorio!

Muchos recuerdos a sus simpáticos hijos, y Vd. créame siempre su amigo que le quiere y le admira, 


Ignacio Zuloaga

La carta de Romanones:

Octubre 17/32

Sr. don Ignacio Zuloaga.

Mi querido amigo:

Coincido con Vd. en absoluto acerca del nombramiento de Director de la Academia Española de Roma. Todo cuanto yo pueda hacer por la candidatura de Valle-Inclán, se hará, aunque ya la Academia no tiene en estos asuntos, como antes, un voto decisivo.

Sabe que es siempre suyo aftmo. s.s.q.e.s.m.
 

Conde de Romanones.

    El 7 de octubre confirma su empeño de solicitar el concurso de amigos por lo que, como hemos visto, manifiesta: He escrito a Marañón, y al duque de Alba; y escribiré a cuantos conozca.
Y claro que cumple; sin anotar fechas (defecto relativamente corriente en Zuloaga) se dirige de nuevo a Valle-Inclán, por la contestación que recibe de Fernando de los Ríos:


Santiago Echea.

Jueves. 

Mi querido amigo:

En estos momentos recibo carta de Fernando de los Ríos, en la que respecto a lo suyo, me dice lo siguiente:

«No sólo he de apoyar, sino que soy un entusiasta de la candidatura de nuestro admirado Valle-Inclán, para la Dirección de la Academia Española en Roma». Con que parece que ahora bien puede decirse que el puesto es para Vd. 

Figúrese mi alegría.

Un fuerte abrazo de su amigo que le quiere y le admira,

Ignacio Zuloaga

Carta de Valle-Inclán a I.Zuloaga, diciembre 1932Carta de Valle-Inclán a I.Zuloaga, diciembre 1932


Madrid, 4-XII-1932

Sr.Dn. Ignacio Zuloaga

 

Mi querido amigo: La resolución del nombramiento para Roma no marcha. El Ministro de Estado todavía no ha publicado el nuevo Reglamento. Como usted sabe la Academia de Bellas Artes es uno de los organismos que deben hacer propuesta. Benlliure que podría ayudarnos tiene el romanticismo de que el puesto debe ser para un artista y son candidatos Moya y Victorio Macho. La Academia de Bellas Artes que tiene por Director a Romanones, es en rigor quien menos puede sostener el criterio de que sea un artista quien vaya de Director a Roma.

Usted verá si se puede hacer algo para ganar a Benlliure.

Siempre suyo,

Valle-Inclán.

Más tarde, las inclinaciones de los deliberantes marcaban dos votos para Victorio Macho, otros dos para Valle-Inclán y uno para Teodoro Anasagasti.
El 8 de marzo de 1933 fue nombrado Valle-Inclán.


Carta de Valle-Inclán a I.Zuloaga, sin fecha.

Sin fecha.

Un folio timbrado,

Hotel Regina.

Alcalá, 19. 

MADRID, 

Teléfono 14683 

Apartado 953

 

Querido Zuloaga: 


Perdone que esta ¿tarde? le deje por el oculista.

Suyo amigo, 


                        Valle-Inclán

caricatura de Valle-Inclán



AUGUSTE  RODIN 

Rodin, Zuloaga y el coleccionista Tchukine    En mis tareas delarchivo del Museo Zuloaga, de Zumaya, he tenido ocasión de conocer las investigaciones de Ghislaine Plessiere que dieron por fruto el libro Étude critique de la correspóndanse de Zuloaga et Rodin de 1903 a 1917, Editions Hispanique, París (5º). En él hay dos cartas, de cierto interés, que más adelante transcribiré. 

    Rodin protegió al joven Zuloaga. Cuando el Kunstpalast Düseldorf organizó en 1904 una exposición, solamente tres artistas tuvieron una sala especial: Menzel, anciano patriarca, el más grande de los pintores alemanes del siglo XIX, contaba 89 años; Rodin, ya universal, y Zuloaga, a quien tras el éxito en esta muestra se le iban a abrir los mercados de Europa.

    Dieciocho cuadros presentó, entre ellos le Maire de Torquemade.Es título caprichoso, pues los personajes que le sirvieron de modelo eran del cercano pueblo de Zamarramala, a dos kilómetros de Segovia. Lo realizó el año 1903 en el estudio que tenía en esta capital en la llamada Casa del Crimen. Tanto le gustó a Rodin que se lo cambió por tres obras,15 a elegir por el propio Zuloaga. Este cuadro se conserva en el Museo Rodin.

Esa profunda amistad solamente se interrumpió con la muerte del escultor, en 1917.

    Zuloaga propuso un viaje por España a Rodin y al poderoso coleccionista ruso Tchoukin: corrida de toros en Madrid, viaje a Esquivias y a Toledo para ver cuadros del Greco, Córdoba, Sevilla y a Segovia para conocer el taller de Daniel Zuloaga en San Juan de los Caballeros.

    En Madrid un grupo de artistas e intelectuales organizaron un banquete en honor de Rodin el día 8 de junio de 1905 en el restaurante Las Huertas. Fue multitudinario. Se ignora si acudió Valle-Inclán, aunque lo más probable es que fuera, dada la popularidad del escultor. 

Por lo apretado del programa, establecido por Ignacio Zuloaga, a Rodin le fue imposible ir con Daniel Zuloaga a conocer Segovia y su taller. Así se excusó: 

Cher Monsieur Zuloaga je vous envoie tardivement mes remerciements. Cependant acceptes?les cordialment. Comme votre souvenir me rappelle votre si aimable société et votre gracieuse prévenance pour un étranger curieux comme je suis. D'autant que votre emitié m'a conduit au Leoni et au pittoresque circuit de Madrid. J'ai regretté cependant de ne pas avoir vu Ségovie et votre eglise romance et vos oeuvres. Cher Monsieur Zuloaga à vous donc de tout coeur. Rodin. 17 juillet, 1905. 

    Solamente por estas breves palabras se desprende que el célebre escultor fue captado por la fuerte personalidad de Daniel Zuloaga, quien le llevó a ver cuanto de interés podría mostrarle de Madrid en las muy pocas horas libres de que disponían.

Vuelvo a 1916, donde aparece Valle-Inclán en las cartas arriba citadas. Una es de Zuloaga a Rodin:


30 mai 1916. 54 rue Caulaincourt

Mon cher ami:

J´irai sûrement Dimanche après-midi vous voir avec Mr Chaumié et Mr Valle-Inclán; mais est-ce á Meudon ou á la rue de Varenne oú vous serez?

Croyez toujours á toute mon admiration, et tuote mon amitié. 

Ignacio Zuloaga

Mes respectueux hommages á Madame Rodin.


Cuatro días después Jacques Chaumié le envía carta a Rodin


Chambre des DéputésParís 3 Juin 1916

Maitre:

Mr. Valle-Inclán et moi nous sommes prodondemente touchés de vote invitation que nous avons l´honneur et le plaisir dáccepte ainsi que Mr Zuloaga a qui je l´ai transmise.

Veuillez agréer, Maitre, léxpression de ma respectueuse admiration. 

Jacque Chaumiré (sic)

Ghilaine Plessiere piensa que el encuentro se debió de celebrar aunque ella no haya encontrado nada en el museo Rodin que lo confirme.
 



TÓRTOLA VALENCIA


Tórtola Valencia    Era frecuente que Ignacio, cuando dejaba París para iniciar la temporada otoñal al lado de su tío en el taller de San Juan de los Caballeros, se hiciera acompañar en su automóvil por amigos que querían conocer la ciudad y los tipos que tanto le inspiraron, así como a don Daniel, sus hijas -tantas veces retratadas-, y la iglesia taller. 

El 17 de agosto de 1912 los dos periódicos de Segovia saludan a Tórtola Valencia, que ha llegado a la capital acompañando a Ignacio Zuloaga16.

    Tórtola va al taller, a saludar al “tío Daniel”. Anda el ceramista en obras. El enorme templo románico de tres naves y tres ábsides necesita atenciones. En el suelo del ábside norte las losas dejan ver osamentas. Fue, durante la Edad Media, sede y lugar de reposo eterno de los caballeros que formaban los linajes de Fernán García y Dia [no sé si sería “Díaz”...] Sanz, los cuales, según la leyenda, tomaron parte en la reconquista de Madrid en tiempos de Alfonso VI.

En esta capilla del lado del Evangelio fue enterrada Angelina de Grecia, princesa de un reino conquistado por el gran Tamerlán y que fue entregada con otras mujeres, como regalo, a los embajadores de Enrique III de Castilla en su viaje a Turquía. Angelina casó en Segovia con Diego de Contreras – de la nobleza segoviana-, montero mayor de este rey. 
Con Tórtola, Daniel e Ignacio se encuentra Eugenio Noel. Éste fue testigo. El capítulo XXVI de su obra Campaña antiflamenca lleva por título «La Tórtola Valencia danza en San Juan de los Caballeros.»:

..acaba de tener en sus manos la calavera de doña Angelina de Grecia... sube al ábside y en el ábside danza. Es un homenaje al templo. Baila sin música. No la necesita... Quien no la vio bailar aquí no sabe qué cosa sea la danza. Baila movida por el genio del Templo y tiene una sepultura por tablado. No es posible explicar cómo danza aquí esta mujer...Se oye su respiración. A veces se oye correr su propia sangre. La grupa, las piernas, el vientre y los brazos dicen cada uno su canción de lujuria, de miedo, de audacia...cae en el suelo rendida, anhelante, enhiesta su enorme mandíbula de bayadera. Ella pide, con voz muy dulce, un poco de agua 17.

¿Qué quiromante puede leer las rayas de la mano de este brujo que lleva el agua en un vaso hispano-árabe? Manos que cincelan barro, para producir azulejos, platos, tibores, ánforas que superan a los del Retiro, Sevilla, Alcora y Talavera. No hay monarca en Europa que pueda tener un ánfora como la que Alfonso XII regaló al emperador de Alemania, obra de su protegido Daniel Zuloaga.

No puedo cerrar este capítulo sin copiar el retrato que realizó Valle-Inclán de esta genial mujer: 


Tiene al andar la gracia del felino,

es toda llena de profundos ecos.

Anuncian sus corales y sus flecos

un ensueño oriental de lo divino.


Los ojos negros, cálidos, astutos,

triste de ciencia antigua la sonrisa

y la falda de flores una brisa

de índicos y sagrados institutos


Cortó su mano en un jardín de oriente

la manzana del árbol prohibido,

y enroscada en sus senos la serpiente


decora la lujuria de un sentido

sagrado en la tiniebla transparente
de sus ojos, la luz pone un silbido.18



FABIÁN DE CASTRO.


Años me costó llegar a saber quién era el repetido Fabián en tantas cartas citado por Ignacio Zuloaga a su tío Daniel. 

    Hace escasamente dos años, en un lote olvidado de cartas en dependencia aislada del Museo Zuloaga, –precisamente donde se encontraron las de Valle – encontré una firmada por Fabián de Castro. En la memoria permanecía el enigmático Fabián, así que la leí con avidez. Difícil fue la lectura. Si sólo viera faltas de ortografía no hubiera importado, comparado con una escritura de mala caligrafía, unidas unas palabras con otras, términos incomprensibles del caló; en fin, que necesitaba un buen intérprete para la caligrafía y la traducción. 

Era sorprendente lo que este hombre comunicaba; qué soltura de ideas, de imaginación, de camelos... Era una gozada.

De las cartas que posteriormente publiqué, quiero presentar una en la que se cita a Valle-Inclán y a su traductor, Chaumié.

Como he manifestado con anterioridad, el objeto de este artículo es poner en manos de investigadores datos que yo no sé valorar, ni mucho menos comentar.


111. RueMonffetard

Amigo Ignacio

El otro día estuvimos tomando el té en una casa. Chaumié(1) Valle Inclan (2) y yo y me dijeron que un cocido estaba aplacado en el Restaurant Español. Ya me gusta bíen jalar la buena píri (3) con buénamol.

Esperándo queda, de V. su buen amigo quede séa berle prónto.

Fabian de Castro.

Para poder comprender algunas de las frases de ésta y otras del dialecto caló, en el que se expresaba Fabián, tuve que recurrir a un experto, mi estimado amigo Joaquín Albaicín, hijo de la genial y famosa “bailaora” María Albaicín. Me indicó que los vocablos no eran correctos, pero que la frase jalar la buena piri con buénamol se traducía comer un buen cocido con buen vino.
 


© Mariano Gómez de Caso Estrada

Segovia, 13 de marzo de 2010.


NOTAS

1Ignacio Zuloaga, Daniel Zuloaga, Correspondencia deIgnacio Zuloaga con su tío Daniel, Segovia, Diputación Provincial de Segovia, 2002.

2.Mariano Gómez de Caso Estrada, Ibídem, comentario 2º al documento nº 181, p. 227.

3. Ibídem.

4. Ibídem.

5Diario de Avisos, Segovia, 18-07-16.- Visita regia al taller de Zuloaga.-

El rey, la reina, el príncipe Raniero, ... y séquito ....Al ver un cuadro que representa el interior de la sala Gasparini del palacio real de Madrid, S.M. el rey fue explicando a la reina donde estaban en la actualidad todos los muebles que aparecen en el dibujo .. Un cuadro que reproduce el interior de la Armería Real gustó tanto a S.M. [Alfonso XIII] que Daniel Zuloaga le pidió aceptara como recuerdo de su visita... .. aceptó y prometió colocarlo en la actual Armería en sitio preferente.
6Vid. Juan Antonio Hormigón, Cronología, vol I, p.437: en El Liberal del 28 de agosto, apareció un artículo de José Nogales titulado «El café», donde describe el ambiente de una tertulia, que debe de ser la del Levante. 

7Aunque no está firmado, la autoría de este suelto recae con toda probabilidad en el periodista José Rodao.

8Antonio de la Villa, «Los Zuloaga y Belmonte», La Tierra de Segovia, 24 de junio1919. (Julio Camba, Sebastián Miranda, Valle-Inclán, Luis de Tapia, doctor Serrano, Miguel Nieto, García Sanchíz, Cristóbal de Castro, Fernando Gillis,...).

9José Rodao Hernández (Cantalejo, 1865- Segovia, 1927) hijo del maestro de Instrucción Primaria don Lesmes Rodao y de doña Josefa Hernández. Obtuvo el título de Bachiller en Segovia a los 16 años. Pasó a la Normal a realizar los estudios de magisterio, finalizando en junio de 1883; no había cumplido los 18 años.

    La fecunda obra de Rodao como periodista se inicia por el año 1882 en el segoviano El Moscardón y luego en La Tempestad; se consolida en el Diario de Avisos desde la entrada del siglo XX para continuar en El Adelantado a partir de primeros de septiembre de 1906 hasta su fallecimiento en enero de 1927.

Escribió en un estilo ya caduco: el realismo. No asimila las corrientes innovadoras del modernismo, (modernismo huero, lo califica) seguido por los escritores de la Generación del 98. 

    Rodao posee dotes naturales con derivaciones a un modesto concepto burgués de su mundo y una interpretación del común de las gentes. Le agrada lo anecdótico, lo costumbrista. Sus crónicas cuentan la vida local y fueron del beneplácito de sus lectores. Su musa regocijante era venero fecundo de ingenio y agudezas. Si se quiere comprenderprofundamente la vida segoviana de su época y los personajesque la protagonizaron no hay más remedio que leer sus artículos.Ni él mismo puede ser bien conocido si no se llega a ellos. Fue hombre optimista e inteligente. Con un lenguaje correcto expresa sentimientos populares. A veces, con el doble sentido de ciertos fonemas, se acomoda al lenguaje vulgar. Supo alcanzar excelentes descripciones, casi siempre en su estilo jocoso y festivo del que hacía gala. Deja brotar su ingenua humanidad en momentos precisos. 

    Fue orientador de escritores: Mariano Quintanilla, Juan de Contreras, Álvarez Cerón, Francisco Martín y Gómez, Juan José Llovet,... modestamente, pero movido por una gran vocación y un tremendo entusiasmo.El bisoño que busca apoyo en él lo encuentra efusivo y leal. Precisamente para estos noveles o quien deseara publicar sus poesías creó en El Adelantado de Segovia «La Página Literaria»; en la larga vida que tuvo esta sección se dieron a conocer los vates segovianos.

    Don José Rodao fue maestro que durante muchas décadas sostuvo el prestigio literario de Segovia. El año 1891, el 24 de noviembre con motivo de recordarse el tercer de la muerte de San Juan de la Cruz se celebró un certamen literario en el que una de sus obras logró el premio del Excmo. Sr. Marqués del Arco.

    Son las dos vertientes de un escritor segoviano ejemplar, cuya memoria ni debe perderse y se debe honrar.

10Abraham Rubio Celada, De la Tradición a la Modernidad: los Zuloaga, ceramistas, Memoria para optar al grado de doctor, UniversidadComplutense de Madrid, Facultad de Geografía e Historia, Madrid, 2004, p. 60.

11A Julio Antonio le encomendó erigiera un monumento en Fuendetodos en honor de Goya. El 19 de octubre de 1920 ya estaba concluido y en el lugar elegido. Se levantó en un altozano, frente a la iglesia, sobre basamento de tres metros y medio de altura. No estimó conveniente darle carácter oficial; únicamente asistieron amigos íntimos del pintor. 

Julio Antonio Rodríguez Hernández, nacido en Mora de Ebro (Tarragona) en 1889, falleció en Madrid el año 1919. En el estudio que ha realizado don J. Ignacio Tellechea de la correspondencia de Gutiérrez Abascal con Zuloaga en Cuadernos Ignacio Zuloaga nº 1, pág. 49, se lee esta contundente afirmación de pintor eibarrés: «Muere el escultor más grande que teníamos... el único».

Por su parte, Ramón Pérez de Ayala, en La Prensa de Buenos Aires (29-VI-1919), opina que «Julio Antonio tiene por hermanos mayores a Garcilaso, Musset, Byron, Mozart y Rafael. “Elegidos de los dioses”».

12Carme Alerm Viloca, «Por un “mañana venturoso”: una entrevista inédita a Valle-Inclán en 1930», El Pasajero, 25, 2010. www.elpasajero.com. «Interesantes manifestaciones de D. Ramón del Valle-Inclán. Los conflictos estudiantiles y las responsabilidades del ayer y las de ahora, y el pleito de las escuelas Ostolaza», El Liberal (Bilbao), 22-10-1930, p. 6.

13Ramón Pérez de Ayala, «Los retratos de Zuloaga, folletón por Ramón Pérez de Ayala», El Sol, 21 de marzo de 1931, p. 1.

14Ibídem.

15Las obras eran tres bronces: Júpiter o El Minotauro, un Torso y el grupo Resurrección también conocido como La Avaricia y La Lujuria.Pasados los años, el escultor mantenía gran aprecio por el pintor a quien hizo dos regalos más, Iris y el Busto de Mahler.

16. Este cuento tuvo una intensa vida editorial, primero participó con el nombre de «Satanás» en el concurso de cuentos de 1900 organizado por el diario El liberal, para poco después aparecer incluido en la novela por entregas La cara de Dios (1900). Aunque no resultase ganador de dicho premio, el cuento de Valle fue muy elogiado por Juan Valera, quien llegó a confesar que no fue premiado por «lo espeluznante, tremendo y escabroso de la narración» (Zamora Vicente, 1973:84). Un año más tarde apareció con el título definitivo de «Beatriz» en la revista Electra (23-III-1901), para después formar parte sucesivamente de Corte de amor (1903, 1908, 1914), Historias perversas (1907) y Jardín Umbrío (1920).

17. Eugenio Noel, Campaña antiflamenca, Editorial F. Sempere y Cia., ¿1920?, cap. XXVI, pp. 175-180. 

18. Agradecemos la autorización de los herederos de Valle-Inclán para reproducir íntegro el poema a Tórtola Valencia. Los fondos pertenecen a Mercedes Alsina Gómez-Ulla, viuda de Carlos del Valle-Inclán Blanco.



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El Pasajero, núm. 25, 2010