V A L L E - I N C L Á N   Y   L A   P I N T U R A  ·   4


 S a n t i a g o   R u s i ñ o l,    Jardín abandonado  (1898)
 J a r d í n    a b a n d o n a d o,   1 8 9 8
 

    Confieso que allá en tiempos he sido un grande y ferviente admirador de Santiago Rusiñol. Confieso también que hoy he perdido aquel juvenil y cordial entusiasmo que tenía algo de un vino rubio y espumoso al hervir en el cristal de una copa. [...] Sentir tan extraños a los que un día consideré como hermanos espirituales, hermanos mayores en años y en prez, me da una íntima sensación de soledad y de frío.[...] ¡Ay, como se arranca el hierro de una herida, así me arranqué del alma toda la admiración que le tenía desde que le vi complicado en la tarea de hacer flores de trapo y figuras monjiles con el melifluo y amantísimo señor Martínez Sierra! En aquel almíbar sentimental parece haber mojado ahora los pinceles, y así le han salido de empalagosos los paisajes enviados a esta Exposición. Yo miro estos jardines de ahora [los pintados en Aranjuez] y apenas hallo en ellos una sombra de aquella divina tristeza que se posaba como un pájaro crepuscular de largas alas sobre El jardín abandonado.
 

Ramón del Valle-Inclán, «Notas sobre la Exposición de Bellas Artes de 1908. Santiago Rusiñol»
El Mundo, Madrid, 1908.

 

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