Irene Polo, La fascinació del periodisme. Cròniques (1930-1936),
Quaderns Crema, Barcelona, 2003
 

Josefa Bauló Doménech

(T.I.V.)


 

    La editorial Quaderns Crema nos sirve, en un volumen magníficamente prologado por las investigadoras Glòria Santa-Maria y Pilar Tur, una antología con los trabajos periodísticos de la catalana Irene Polo (Barcelona, 1909-Buenos Aires, 1942). En su breve pero intensa vida, destaca su febril actividad profesional como periodista de actualidad, publicista de la empresa de perfumería Dana y representante de la compañía teatral de Margarita Xirgu en su periplo americano iniciado en el año 1936. La amistad de la periodista y la actriz, cambió la vida de la primera, puesto que Irene fue contratada en la compañía de la Xirgu como organizadora de las actividades de la compañía en América Latina, un trabajo intenso y agotador que intentó compaginar con la redacción de crónicas esporádicas. Cuando, satisfecha pero exhausta por la experiencia, desea regresar a su Barcelona natal, el estallido de la guerra civil española se lo impide y Polo decide instalarse en Argentina con su familia, compuesta por la madre y sus hermanas, que viajan de inmediato para reunirse con ella. Tras desintegrar su compañía, Margarita Xirgu tampoco regresa a España y se traslada a vivir a Chile. De Irene se llegó a afirmar que su determinación de seguir a la Xirgu estuvo motivada por una pasión sentimental pero este hecho, a pesar de que era reconocida su preferencia por las personas de su mismo sexo, parece carecer de fundamento. Lo cierto es que una admiración mutua y una gran amistad cruzaron durante un tiempo los destinos de ambas mujeres que compartían un perfil excepcional para su sexo y época, unos claros ideales republicanos y la obligación de  rehacer sus vidas lejos de su país.

    Periodista y actriz se conocieron en una entrevista sucedida a raíz de la muerte de Ramón María del Valle-Inclán. Irene Polo, que había publicado una nota elogiosa en defensa de la actriz que anunciaba su gira americana, acude a la casa de la Xirgu en Badalona para hablar de la figura del escritor gallego. Allí, la actriz rememora el incidente en el que Valle-Inclán, durante el transcurso mismo de la representación y en voz alta, afeó su trabajo en El yermo de las almas, una conducta que le valió ser detenido en el acto con el consiguiente disgusto por parte de la actriz, doblemente afectada por la opinión del escritor y por el escándalo. Pero a pesar de esta nube pasajera en la relación, las declaraciones de la actriz se centran en elogiar artística y humanamente a quien considera un dramaturgo extraordinario:

Les acotaciones que posava als seus drames eren tan bones com allò que dèiem els actors. Jo fruïa tot llegint-les, quan m’aprenia els papers. Quina llàstima, quina llàstima! Tant com hauria escrit, encara, aquell home!... És com si ara el veiés, tant sec, cobert de pèl, amb aquella cabellera i aquella barba, parlant papissot, sempre protestant, sempre ple de foc!... [ p. 298]
    El resto del interviú se desarrolla a través de los conocidos lugares comunes referentes a Valle-Inclán: la relación tormentosa con su esposa Josefina Blanco desde los días de su noviazgo, la correspondida adoración de sus hijos hacia Valle, la precariedad de los ingresos provenientes de la edición de sus obras y su carácter poco idóneo para el desempeño normalizado de un cargo público.
    La entrevista, junto con otra crónica dedicada a Santiago Casares escrita desde el barco que ya conducía a la periodista y a la compañía de la Xirgu a su destino americano, fueron publicadas en Última Hora , el 6 de enero y el 5 de febrero de 1936, respectivamente. Las fechas que median entre el momento de la entrevista y la crónica enviada desde el trasatlántico Orinoco, demuestran la rapidez con la que la periodista aceptó su nuevo trabajo; un momento además que, excelentemente documentado por las prologuistas de la antología, ofrece interesantes detalles del día a día en la compañía teatral de Margarita Xirgu, de los motivos de su gira y, en definitiva, de este episodio tan decisivo en la trayectoria vital y profesional de las dos mujeres que comienza con un viaje a México. Poco podía suponer, la inquieta y arriesgada Irene Polo que nunca más volvería a ejercer su profesión en tierra española, ni que acabaría sus días en Argentina cuando, por circunstancias poco claras en las que se entremezclan estrés laboral, desengaños y depresiones, abandonó la vida por propia voluntad.
 
 
 
El Pasajero, estío 2003


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