Anales de la Literatura Española
Contemporánea, vol. 26, 3 (2001); 358 pp.
Juan Rodríguez
(T.I.V.)
Si hay alguna revista del hispanismo internacional que en el último cuarto de siglo se ha destacado por su particular atención hacia la personalidad y la obra de Ramón del Valle-Inclán, ha sido sin duda Anales de la Literatura Española Contemporánea, la publicación que edita la Society of Spanish and Spanish-American Studies con el apoyo de la Univesidad de Colorado (Boulder), la Universidad de Santiago de Compostela y el CSIC. Y ello es fácilmente comprensible si se tiene en cuenta -además del indiscutible rigor con que dicha revista, en sus veintiséis años de existencia, se ha aproximado a la literatura y la cultura en lengua española del siglo ya pasado- que algunos de sus editores son destacados valleinclanistas. De ese modo, no es de extrañar que ALEC haya decidido convertir uno de sus números anuales en un monográfico dedicado a nuestro escritor, el Anuario Valle-Inclán, cuya primera entrega, editada por Margarita Santos Zas (U. de Santiago de Compostela) y Luis T. González del Valle (U. of Colorado, Boulder), vio la luz en las últimas semanas de 2001.
El Anuario, aunque -como explican sus editores en la «Presentación»- "goza de plena autonomía" (p.7) respecto a los Anales, mantiene sin embargo la estructura de éstos: una sección dedicada a artículos de fondo, un segundo apartado («Documentación») con notas algo más breves, y el inexorable pero siempre útil capítulo de reseñas que, evidentemente, centra en esta entrega su atención en lo más reciente de la bibliografía valleinclaniana.
De los trabajos recogidos en este primer número, hay que destacar los cuatro que ocupan la primera sección.
Dru Dougherty («La crisis del personaje en el teatro de Valle-Inclán: Montenegro y Máximo Estrella», pp.9-27) realiza un sugerente estudio comparativo de dos de los personajes más representativos del teatro valleinclaniano -Juan Manuel Montenegro, patriarca de las Comedias bárbaras, y Max Estrella, el astro fugaz de Luces de bohemia-, en la perspectiva de la "erosión del personaje" que se manifiesta en el teatro a lo largo del siglo XX. Iván Fernández Peláez se aproxima a «Las contradicciones de La lámpara maravillosa» (pp.29-57), para, a través del análisis de la ironía manifiesta en el que probablemente fue el libro más apreciado por su autor, deslindar las "claves estructurales" del mismo y situarlo en el tránsito del modernismo a las vanguardias. En «Postcolonial Discourse in Sonata de estío» (pp.59-73), Robert C. Spires hace una lectura del discurso postcolonial presente en la Sonata americana que, enmarcado en el contexto de la ironía narrativa de las memorias de Bradomín, interpreta como subversión de los mitos de la España sagrada e imperial. Y, por último pero no en menor importancia, Dolores Troncoso, a partir del análisis de «Las técnicas narrativas en las Comedias bárbaras» (pp.75-98), lleva a cabo una exploración de la frontera entre los géneros narrativo y dramático, cuya intersección fue tan frecuente en la obra del gallego.
En el apartado dedicado a «Documentación» -así como en el de reseñas- es, sin duda, donde mejor se aprecia el trabajo y la aportación que, como advierten también los editores, hace el Grupo de Investigación Valle-Inclán de la Universidad de Santiago de Compostela (principal cantera del valleinclanismo presente y futuro), al Anuario, pues siete de los diez trabajos aquí recogidos son obra de miembros de dicho grupo, a los que hay que añadir la importante labor bibliográfica que Javier Serrano Alonso y Amparo de Juan Bolufer vienen haciendo desde hace ya unos cuantos años y que tiene su momentánea culminación en la recopilación de la bibliografía valleinclaniana publicada entre 1995 y 2000.
Además de ese trabajo bibliográfico, la sección contiene una decena de valiosas aportaciones a la investigación valleinclaniana. Luis Miguel Fernández reproduce y glosa la noticia, aparecida en El Diario de Pontevedra en febrero de 1919, que anuncia la preparación del rodaje de una versión cinematográfica de Romance de lobos («Romance de lobos en el cine: ¿un proyecto frustrado de Valle-Inclán?», pp.99-109). En «Valle-Inclán y la gira de Valencia de 1911» (pp.111-141), Virginia Miller Garlitz aporta numerosa documentación acerca de la visita que en mayo de ese año hizo el escritor a la ciudad del Turia. María Ángeles Gómez Abalo («Cinco contribuciones de Valle-Inclán en la prensa», pp.143-174) rescata de las hemerotecas tres antetextos de Cuento de abril y un par de colaboraciones en la prensa habanera. Luis T. González del Valle («Del cesarismo: A Forgotten Intertextual Antecedet of Tirano Banderas», pp.175-182) apunta la relación intertextual entre la novela del dominicano Rafael Damirón y la novela de Tiera Caliente. En «Valle-Inclán y Anglada Camarasa: una conferencia de 1916» (pp.183-196), Rosario Mascato Rey analiza la relación entre el escritor y el pintor catalán a la luz de una conferencia impartida en Madrid en julio de ese año y cuyas crónicas reproduce la autora. Catalina Míguez Vilas («El Correo Español: apostilla a la polémica sobre El Embrujado», pp.197-203) rescata un texto que completa cuanto se ha comentado acerca del "escándalo" que rodeó al fracasado intento de poner en escena dicha tragedia. También Xaquín Núñez Sabarís y María Pilar Veiga Grandal («Ecos en la prensa de un homenaje a Valle-Inclán en Madrid (1922)», pp.205-218) bucean en la prensa periódica para sacar a la luz las crónicas que de ese homenaje en Fornos ofrecieron el Eco de Galicia y el Heraldo de Madrid. Una labor semejante realizan Margarita Vidal Maza («Valle-Inclan y la I Guerra Mundial: declaraciones a El Radical (1916)», pp.255-262) y Cristina Villarmea Álvarez («Las versiones de "El íncubo" en la prensa periódica», pp.263-276) en relación a la tarea del escritor como corresponsal de guerra y a las diferentes versiones del poema recogido en El Pasajero; y, por su parte, Margarita Santos Zas nos ofrece el resultado de su exhaustiva búsqueda en las hemerotecas cubanas en el que, probablemente, es el trabajo más completo de la sección: «Valle-Inclán y la prensa cubana: el viaje a La Habana de 1921» (pp.219-253).
Si el navegante se ha sentido, tras la descripción aquí realizada, interesado por la lectura de la revista, deberá, sin embargo, salvar todavía algún escollo antes de tener entre sus manos este número inaugural del Anuario Valle-Inclán dado que no puede ser adquirido en las librerías, lo que reduce su ámbito de difusión y la convierte, inevitablemente, en una revista de especialistas para especialistas; se vende únicamente por suscripción a los Anales de Literatura Española Contemporánea, por lo que adjuntamos abajo la dirección y los precios por si el lector estuviera interesado en recibirlo. Podrá también, generalmente, encontrarlo en las principales bibliotecas universitarias, donde suele haber máquinas fotocopiadoras que facilitan, a bajo coste, su reproducción y difusión; y no es, aunque pueda parecer lo contrario, una invitación al pirateo -pirata es, al fin y al cabo, quien se apropia del trabajo ajeno para alcanzar fama, notoriedad o algún provecho económico- sino una llamada de atención acerca de la necesaria socialización de la cultura, también de aquélla que desarrollan los hispanistas más especializados y se dirige a unas supuestas élites universitarias.
Anuario Valle-Inclán / Anales de Literatura Española Contemporánea
Suscripción anual: 75 $ instituciones (140 $ dos años), 30 $ individuales (53 $ dos años).Correspondencia:
Prof. Luis T. González-del-Valle (General Editor ALEC)
Department of Spanish & Portuguese
University of Colorado at Boulder, 278 UCB
McKenna Languages Building
Boulder, CO 80309-0278
USA
El Pasajero, estío 2002