INFLUENCIAS LITERARIAS Y FILOSÓFICAS EN "LA LÁMPARA MARAVILLOSA" DE RAMÓN DEL VALLE-INCLÁN:
NOTICIA DE LA TESIS DOCTORAL DE JESÚS Mª MONGE LÓPEZ
 

El 17 de julio de 2015, Jesús Mª Monge López, editor de esta publicación, defendió su tesis doctoral Influencias Literarias y Filosóficas en "La lámpara maravillosa" de Ramón del Valle-Inclán en la Universitat Autònoma de Barcelona. La dirección de la tesis corrió a cargo de Manuel Aznar Soler, catedrático de Literatura Española Contemporánea de la UAB. El tribunal estuvo formado por el catedrático Jesús Rubio Jiménez como presidente y los profesores Javier Serrano Alonso y Juan Rodríguez Rodríguez como secretario y vocal, respectivamente.

La tesis doctoral sobre las Influencias Literarias y Filosóficas en "La lámpara maravillosa" de Ramón del Valle-Inclán consta de dos partes. En la primera, se estudian las influencias filosóficas heterodoxas en las que se sustenta el ensayo, con especial incidencia en el movimiento espiritista, de gran desarrollo en España y sin embargo poco estudiado. Conceptos fundamentales en el ensayo valleinclaniano como la reencarnación o la ley de retribución o del karma se hallan en los círculos espiritistas españoles, que, a partir de 1868, proliferaron en toda la geografía nacional. Esta tesis se detiene en una publicación poco conocida en la historiografía literaria española: la Revista de Estudios Psicológicos (REPs) de Barcelona, que dio noticia del movimiento y de los investigadores de los fenómenos espiritistas, entre los que se encontraba Manuel Otero Acevedo, amigo de Valle-Inclán, que viajó a Italia con el fin de examinar a la médium Eusapia Paladino. Se estudia la estancia de Acevedo en Italia y su influencia en la formación del pensamiento heterodoxo de Valle-Inclán. Otero Acevedo es el representante del denominado psiquismo, una interpretación científica de los fenómenos espiritistas. La REPs organizó, en 1888 y en Barcelona, el Primer Congreso Internacional Espiritista, que propició el Congreso Internacional Espiritualista de París de 1889, donde ya se vislumbran otras corrientes heterodoxas pujantes, como la teosofía o el ocultismo. La primera difundió el orientalismo y el pensamiento esotérico en el Modernismo español. De forma paralela, el ocultismo francés finisecular, con profundas conexiones con el simbolismo literario, también contribuyó a ello y así se refleja en la LM, ensayo de estética fundamentado en una metafísica ocultista y con una propuesta poética de carácter netamente simbolista. En la LM, en conclusión, desemboca una tradición de casi cuarenta años de publicaciones espiritistas, teosóficas y ocultistas, que desaparecieron con la represión generada en la inmediata postguerra.

En la segunda parte de la investigación, dedicada a la exégesis, sección a sección, de la obra, se plantea una nueva interpretación de su estructura; se describen las características del hermano peregrinante, lector implícito del ensayo; y se comentan algunas ilustraciones relevantes, así como las variantes y erratas textuales en las ediciones existentes. Según Valle, la LM era una estética mística, pero no se trata de una unión mística con el Dios católico, sino más bien con un Dios, el Todo, próximo al modelo planteado por el trascendentalismo de Emerson o por movimientos como el ocultismo y la teosofía. Lo cierto es que influencias tradicionalistas y heterodoxas conviven sin dificultad en los postulados de la LM. En el Anillo de Giges el autor despliega su teoría sobre el mundo, su idea de belleza ligada a la divinidad y la función del artista-poeta que es capaz de percibir lo invisible. En el Milagro Musical reflexiona sobre la expresión lingüística de las sensaciones, las limitaciones inherentes al propio lenguaje y la necesidad de ampliar con la musicalidad los significados de los vocablos. En Exégesis Trina el autor expone su teoría del arte trino, resultado de aplicar la trinidad teológica al arte. El Quietismo Estético representa en esta teoría el arte del Espíritu, y es definido por Valle-Inclán como la expresión estética, a través del recuerdo, de una razón de conciencia, que se sustenta en una comprensión esotérica del mundo y de la existencia humana. Por todo ello, considera el gesto último del hombre al morir como expresión verdadera de la conciencia moral de la personalidad. En este sentido, el poeta debe expresar el estado espiritual del hombre, su responsabilidad eterna. Finalmente, en La Piedra del Sabio se explicita que el ensayo estético es una obra alquímica, donde se opera una transformación y transmutación por parte del narrador y del lector implícito.



El Pasajero, nº 28, 2016
   

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