Hispanidades Brasilianas: memoria y contemporaneidad en la recreación de la dramaturgia y del teatro de Ramón del Valle-Inclán
 

Luiz Humberto Martins Arantes1

 

Divinas Palabras    La lengua portuguesa y la lengua española poseen lazos desde larga fecha, en los que se cruzan momentos de aproximación y de distanciamiento. Podríamos empezar hablando de los históricos hibridismos entre Portugal y España, que derivaron de guerras entre moros y cristianos, lo cual también hizo posible una cultura que nosotros, brasileños, conocemos muy bien y, además, heredamos toda una riqueza ibérica que se localiza por aquí, comenzando por nuestras fiestas populares, como las cavalhadas (cabalgatas).

    No olvidemos que el propio territorio brasileño ya fue dividido al medio por Portugal y España cuando, en 1494, fue firmado el Tratado de Tordesillas. Así, aunque distante, la presencia española posee aquí una huella y hay históricos lazos españoles con el territorio brasileño.

    En los tempos actuales, ante un mundo que se pretende cada vez más globalizado, el estudio de otras lenguas y el conocimiento de otras culturas ha sido de suma importancia. En nuestro continente sudamericano se estableció hace algún tiempo que el MERCOSUR es una prioridad económica y cultural. Así, la presencia de Brasil como único país de lengua portuguesa al sur de América ha indicado que una aproximación cultural con los países de lengua española es una urgencia. Un ejemplo es el hecho de que recientemente el gobierno brasileño aprobó la enseñanza obligatoria del español en las escuelas brasileñas.

    El presente texto se presenta como un puente entre dos culturas, dos lenguas y dos continentes. Es el resultado de investigaciones realizadas en la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), cuyo foco de observación es el diálogo entre estos dos países y su dramaturgia. Para comenzar, elegimos una de las obras de Ramón del Valle-Inclán: Divinas Palabras, pero, sin embargo, el objeto de análisis será la recepción de la referida obra teatral en el contexto brasileño.

    El multi-escritor Ramón del Valle-Inclán nació en Galicia (España), en 1866, pero fue tras establecerse en Madrid, a partir de 1895, cuando pasó a ejercer el oficio literario y dramatúrgico. Allí buscaría inspiración para la escritura de una de sus principales obras: Divinas Palabras.

    La pieza Divinas Palabras es una de las obras de Valle-Inclán más conocidas mundialmente; en su enredo se nota el tratamiento dramatúrgico de una Galicia rural y ancestral. En esta pieza, el autor explora sentimientos como la avaricia y la crueldad del ser humano, hasta el punto de hacer que nos preguntemos: ¿el ser humano está predestinado al dolor?

    En el Brasil esta pieza fue escenificada por muchos directores, pero dos representaciones merecen ser destacadas: la primera de ellas data de 1998, dirigida por la alemana radicada en Brasil Nelle Franke. A partir de una escritura escénica bastante instigadora, la directora consiguió aproximar la Galicia ancestral de Valle-Inclán a los rincones brasileños mediante la idea de sertón / páramo, presente en la vida del interior brasileño y bastante explotada en la literatura y dramaturgia brasileñas2.

    Más contemporáneo podemos situar el montaje del Grupo Sátyros de São Paulo. Este grupo marca uno de los más importantes momentos de cambio del teatro brasileño en este inicio del siglo XXI, y es responsable de la ocupación de la abandonada Plaza Roosevelt, en São Paulo, convertida de espacio urbano deteriorado en potencial espacio de creación artística y teatral. Además de ello, fueron responsables de un instigador montaje de la obra Divinas Palabras.

    En nuestras investigaciones, algunas de las opciones teóricas han sido muy importantes, tales como los estudios sobre el tema de la memoria. Inicialmente, identificar el lugar de Valle-Inclán en la construcción de una memoria del teatro español conllevó pensar un poco acerca de la historia del teatro español en el siglo XX. Por otro lado, hay que señalar que Valle-Inclán siempre fue un autor que escribió centrado en los temas de su tiempo, y en intervenir políticamente en el contexto de su vida y de su arte.

Divinas Palabras    De este modo, ha sido interesante ver como funcionan los procesos creativos de Divinas Palabras acerca de una memoria individual y colectiva, en los que las experiencias de vida del escritor parecen estar relacionadas con una memoria de grupo, en la cual la comunidad en que nació, creció y se formó está presente en su visión de mundo, lo que lo aproxima al pensamiento de Maurice Halbwacs sobre memoria colectiva.

    Por otro lado –porque nuestro enfoque es también la recepción de Valle-Inclán en el Brasil– se pretende hacer uso de los abordajes sobre la relación de los estudios teatrales con la Estética de la Recepción, ya que ha prevalecido la idea de que entender la obra presupone, incluso, entender a su lector. El acto de la lectura cumple, por tanto, su objetivo también en el contacto con el lector. En el caso de la obra de Valle-Inclán, es necesario acompañar la lectura de sus críticos, pero también observar lo que los creadores teatrales vienen escenificando de sus piezas, en este caso, con respecto sobre todo a Divinas Palabras.

    En el siglo XX, dos importantes teóricos de la comunicación reflexionaron sobre la cuestión de la Estética de la Recepción: Wolfgang Iser y Hans Robert Jauss. Para el primero, el análisis de la recepción debe darse en el ámbito del texto, pues cree que existe un autor y un lector detectables en el interior de la propia escritura.

    Al analizar la obra literaria y su recepción, Iser cree que el estudioso debe reparar en la idea de que la recepción del texto explicita a un lector implícito. Este camino no significa el abandono del lector real, debido a que solamente cuando el lector real asume el papel del lector implícito es cuando el mensaje del texto lo alcanza y la comunicación se realiza. (SARTINGEN, 1998: 18).

    Para Iser, el punto de partida es el texto, pues es en él donde se localiza un lector implícito, que, a su vez, lanza apelaciones a un lector real, quien, estimulado por la lectura, cubre los "vacíos", las "lagunas" de sentido que en el texto son potenciales. Ello es una opción de análisis que va en la dirección de la idea de que el lector participa del proceso creativo de la obra transponiendo signos para su conciencia. Tal procedimiento es llamado por Iser "Acto de la lectura". (ISER, 1996: 54).

    Tal como fue mencionado, otro importante teórico especialista en la cuestión de la recepción es Hans Robert Jauss. Diferentemente de Iser, Jauss quiere un análisis de la recepción dirigido al lector real, pues prefiere al lector empírico, al histórico-social.

    En la compleja relación entre autor y receptor, hay, según Jauss, un interesante dato a ser considerado, esto es, la idea de que el autor también se orienta por expectativas en lo que se refiere a los receptores. En otras palabras, hay una producción estética que se orienta considerando modelos de lectura del público receptor, lo que produce, así, un horizonte de expectativas (SARTINGEN, 1998: 20).

    La teoría de la historia, más específicamente la historia cultural, de Roger Chartier supo articular la idea de un lector implícito con la de lector real, cuando abordó la busca de una historicidad de la cultura libresca. Para Chartier, los sentidos no son inherentes apenas a los textos, pues son constantemente construidos por las interpretaciones de aquellos que se sirven de la escritura.

    El tratamiento dado a la receptividad en el teatro exige la observación de algunas especificidades, pues, antes incluso del contacto con el público, se produce el encuentro de la obra con directores, actores y otros profesionales, lo que implica constatar la existencia de mediadores en la asimilación / comprensión de una obra. De este modo, el fenómeno teatral, como escenificación, permitiría la existencia de una doble recepción: una primaria, realizada por los creadores del proceso de puesta en escena, y otra secundaria, concerniente al público receptor (LINK, apud SARTINGEN, 1998: 32).

    Desde esta perspectiva es como se entiende que sea importante analizar la recepción de una importante pieza de Valle-Inclán en el teatro brasileño. Es de conocimiento de estudiosos brasileños que su pieza Divinas palabras fue dos veces escenificada en el teatro brasileño: en la primera por la alemana radicada en el Brasil Nelle Franke, hoy residente en Salvador, quien conserva materiales sobre este montaje de la obra del dramaturgo español.

    Más recientemente, el Grupo Sátyros de São Paulo realizó el montaje de esta misma pieza, que circuló por varios festivales, incluso por el de Curitiba, y propició una nueva creación y una nueva recepción de Divinas Palabras en el territorio brasileño.

    Ante estas dos experiencias es posible evaluar el interés de los creadores brasileños por las fuertes imágenes presentes en la escritura de Valle-Inclán; además, al haber ambos montajes alcanzado un considerable público, se puede evaluar que el interés por la dramaturgia española –tradicional y contemporánea– ha crecido sustancialmente en los últimos años, lo cual merece ser investigado.

    Divinas Palabras tiene como fecha de publicación el año de 1919, aunque no se estrenó hasta 1934, mucho después de su surgimiento. El grupo de investigación Taller de Investigaciones Valleninclanianes / Revista El Pasajero, de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), por medio de la investigadora Josefa Bauló, realizó un amplio estudio acerca de la mayoría de los montajes teatrales de la obra aquí estudiada.

    En el texto de Valle-Inclán se desarrolla la idea de que todo ser humano parece predestinado al dolor, especialmente cuando se trata de dividir herencias familiares, momento en que una persona se aproxima a la ambición sin límites; es la caída en desgracia de toda la familia. La historia del personaje Laureano, un mendigo, explotado para conseguir limosnas, muestra la explotación de la miseria en un alto grado.

    Una segunda línea narrativa en Divinas Palabras es la noción de pecado en torno al personaje de Mari Gaila quien, tras ser seducida por Séptimo Miau –o sea, por haber traicionado al marido–, es perseguida por su comunidad. Está en Valle-Inclán el debate sobre las cuestiones de moralidad que hay en todos nosotros.

    Aún no se sabe con seguridad cuántos y cuáles montajes de Divinas palabras fueron producidos en el teatro brasileño; este es un trabajo que debe ser realizado. Son, no obstante, muy conocidos, hoy en día, dos espectáculos: uno con dirección de Nehle Franke, en 1998, y otro realizado por el Grupo Sátyros de São Paulo, en 2008. Así, transcurrieron diez años entre un estreno y otro.

    En el teatro brasileño, el texto del dramaturgo español Valle-Inclán (1866-1936) recibió la adaptación de la joven directora Nehle Franke3, con la colaboración de dos compositores de la música regional brasileña: Xangai y Elomar, contando, también, con la presencia de actores baianos. Esta mezcla de raíces contribuyó en el carácter universal de la obra, destacando la belleza y el espanto en escena.

    El trabajo hecho por Nehle Franke con la dramaturgia de Valle-Inclán fue una busca de las características brasileñas y latinas en el autor español. Ello fue reforzado con la presencia de los atores baianos y de los cantores Elomar y Xangai, que proyectaron las peculiaridades del interior del Brasil para el universo de Valle-Inclán.

    Xangai, Elomar, Nehle Franke y los vibrantes actores de Bahia han capturado de Valle-Inclán una universalidad conmovedora. Es un espectáculo que une el sufrimiento de Brasil, de ayer y de hoy, al sufrimiento de muchas personas. El grito del acordeón y el canto llano del cantante que conecta las escenas representan el lamento de una humanidad besando el rostro de la muerte mientras huye de ella. Los dispositivos son muchos para vivir. Palabras Divinas no preconiza un juicio de valor, no quiere transmitir mensajes. Hace, de buen tamaño, su recorte lírico y cruel de la pequeñez que habita en los corazones de los muertos-vivos que vagan, por aquí y por allá, por el interior de Brasil. (SANTOS, 1998)

    El Grupo Sátyros surgió en la década de 1990; junto con los primeros trabajos llegó también la necesidad de tener una sede propia, un espacio en el que pudiesen ensayar y también realizar los espectáculos. Encontraron en la Plaza Roosewelt, centro de São Paulo, el lugar posible. Esta plaza hasta entonces era conocida por el abandono, por la presencia de marginados, drogas y prostitución4.

    Así, la pieza, que narra la vida de Laureano y cómo él es explotado por la familia, o sea, la historia de una familia que vive de la miseria ajena, entró como un guante en la trayectoria del grupo y coincidió con lo que ellos deseaban decir en aquel momento: vivir explotando un lugar de miseria o interactuar con ese lugar hasta hacer de él un lugar vivo artísticamente.

    Diferentemente de la pieza de Nehle Franke, la propuesta del grupo Sátyros dialoga con el espacio urbano, exagera en la estética de lo grotesco, ya presente en Valle-Inclán, subraya los elementos cómicos, también indicados en el texto, puesto que se trataba de una tragicomedia. Además de eso, incorporan elementos de la cultura brasileña a las temáticas españolas y europeas presentes en la obra Divinas Palabras.

    En las palabras de la crítica del período de lanzamiento del espectáculo:

    A pesar de que muchos conflictos se disipan con toda la alegoría propuesta, varias imágenes formadas en escena son óptimas: la iluminación que juega con las sombras de los actores y con la textura de las paredes rústicas del espacio, el coro de los vecinos-cuervos-danzarines-pop, el coro de las calaveras de chatarra, los muñecos de madera, los movimientos de todo el enorme elenco, el vídeo que expande el alcance del público más allá de la sala, el cachorro monstruoso que recordaba al conejo asustador de Donnie Darko etc., etc., etc. Ya la banda sonora, esta vez no es pueril como el Yann Tiersen de La Vida en la Plaza Roosevelt o improbable como el tango electrónico franco-argentino de Inocencia: es rellenada de gracias macarrónicas que tienen mucho que ver con la propuesta, pero es menos marcadora. (http://www.bacante.con.br/critica/divinas-palavras)

    La propuesta estética teatral del grupo era hacer buen teatro, pero fueron más allá, provocaron un redimensionamiento del espacio urbano. Un ambiente antes sin presencia de las personas cobró vida, mostrando a la población y a sus autoridades que es verdaderamente posible reocupar la ciudad, sin aparatos coercitivos, con cultura y arte. La Plaza hoy pasa por una reforma general, con implantación de una gran escuela de arte, reformas estructurales y otras reformas que buscan incentivar la sociabilidad.

    La obra de Valle-Inclán participó de ese momento del Grupo Sátyros. La pieza es un ejemplo de que no podemos ser tolerantes con la presencia de la miseria y de las injusticias, y que, cuando no se las puede solucionar de inmediato, hay que denunciarlas. El teatro de Valle-Inclán producido en el contexto brasileño demuestra la capacidad de este autor de dialogar con otros contextos pero también muestra las interacciones entre Europa y América, diálogos posibles, sin la presencia de jerarquías y dominaciones, y con un diálogo rico en intercambios, incluso simbólicos.



BIBLIOGRAFÍA

    AZNAR SOLER, Manuel. "Vicente Llorens en la Francia de 1939: la encrucijada vital de un intelectual republicano exiliado", en Varios, La guerra civil española, 1936-1939. Congreso Internacional, Madrid, Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales, 2008, pp. 1-19.

    BAULÓ, Josefa. "Especial Divinas Palabras". In: El Passajero. Revista de Estudios sobre Ramón de Valle-Inclán. Disponible em http://www.elpasajero.com/. Acceso en 10/10/2011.

    BERMEJO MARCOS, Manuel. Valle Inclán: introducción a su obra. Madrid: Anaya, 1971.

    RUIZ RAMÓN, Francisco. Historia del teatro español. Madrid. Alianza Editorial. 1967.

    SARTINGEN, Kathrin. Brecht no Teatro Brasileiro. São Paulo: Hucitec, 1998.

   SANTOS, Valmir. "Montagem baiana dirigida pela alemã Nehle Franke traduz universalidade do autor Valle-Inclan". In: O Diário de Mogi, 29/03/1998. Caderno A-4. Disponible en http://www.teatrojornal.com.br/v1/index.php?option=com_content&view=article&id=394:divinas-palavras-expoe-mortos-vivos&catid=35:diario-de-mogi&Itemid=34. Acceso en 10/10/2011.

    VALLE-INCLÁN, Ramón del. Divinas Palabras. Madrid: Espasa-Calpe SA, 1976.



NOTAS

1. PPGArtes y Teoría Literaria de la Universidade Federal de Uberlândia / Minas Gerais / Brasil. lharantes@yahoo.com.br.

2. Se debe mencionar la siguiente ponencia: INFANTE, Joyce Rodrigues Ferraz. "Divinas Palavras: un montaje con acento brasileño". In: Congreso Internacional Valle-Inclán y las Artes, Universidad de Santiago de Compostela, 25 a 28 de octubre de 2011.

3. Palabras Divinas, de Ramón del Valle-Inclán. Traducción: Carlos Roberto Franke. Adaptación: Elomar y Xangai. Dirección: Nehle Franke. Con Ana Paula Bouzas, Caica Alves, Katia Leal, Rino de Carvalho Inácio y otros.

4. La dirección fue de Rodolfo García Vázquez, la pieza en su estreno trae como elenco a los actores: Silvanah Santos, Alberto Guzik, Ivam Cabral, Cléo De Páris, Nora Toledo, Laerte Késsimos, Phedra D. Córdoba, Angela Barros, Daniel Tavares, Fabio Penna, Marba Goicocchea, Mariana Olivaes, Soraya Aguillera y Tiago Leal.


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  El Pasajero, núm. 27, 2013.