P a s a j e r o  a  C u a d r a n t e

T.I.V.




A la hora de reseñar una publicación de la que la amabilidad de sus responsables tuvo a bien hacernos protagonistas, es casi imposible emitir juicios de valor respecto a los contenidos. Invitar a la lectura del número, aprovechar la ocasión para agradecer el ofrecimiento y emplazarse a futuros contactos bastarían para cerrar la crónica. Pero esa imposibilidad nos permite otro tipo de comentario sobre los motivos y la oportunidad de esta colaboración.
Creemos que con el título Pasajero a Cuadrante, esta entrega de la revista Cuadrante se ha convertido en un buen ejemplo de cooperación e intercambio entre valleinclanistas. Cuadrante es a la Asociación «Amigos de Valle-Inclán» de Vilanova de Arousa lo que El Pasajero al Taller de Investigaciones Valleinclanianas de la Universidad Autónoma de Barcelona, es decir, un vehículo de difusión de los trabajos y los proyectos de sus integrantes. En su presentación, las palabras de Jesús Monge, editor de El Pasajero, se pronunciaban en ese sentido: el de «derribar barreras corporativistas y abrir fronteras a la difusión del conocimiento y la investigación». Este cuarto número ha demostrado, pues, que sea cual sea el canal de difusión, la revista en papel en el caso de Cuadrante o internet en el caso de El Pasajero, es posible unir esfuerzos y compartir hallazgos si existe esa voluntad. Los planteamientos puristas y los esquemas inamovibles nunca han conducido a buen o a mal puerto, no conducen a puerto alguno y eso, especialmente cuando se es navegante en la red, es un despropósito. Sólo nos resta esperar un futuro y pródigo desembarco de Cuadrante a Pasajero.
Las sesenta páginas contienen cuatro artículos firmados por miembros del Taller: «Rosa de Llamas. Valle-Inclán y Mateo Morral en la revista Los aliados» de Jesús Monge; «Valle-Inclán y la censura franquista, 1935-1939» de Juan Rodríguez; «La parodia del pranto gallego en el Retablo de la Avaricia, la Lujuria y la Muerte» de Unvelina Perdomo y «Las Sonatas de Valle-Inclán: arte y memoria a través de un cristal» de Josefa Bauló y un documento presentado por el director de la revista Cuadrante, Gonzalo Allegue, «En testimonio de verdad: historia e sinaturas valleinclanianas» que ha recogido dieciocho firmas de diferentes antepasados relacionados, de una forma u otra, con la vida de Valle, algunos de los cuales se han convertido en personajes de sus novelas. Importa destacar el excelente trabajo de ilustración y documentación gráfica con el que se han completado los diferentes artículos. El número adjunta, además, un cuaderno de Apuntes do Cantillo que con el título de «Valle-Inclán visto por un amigo de la infancia» recupera una interesante entrevista a don Francisco Lafuente Torrón publicada en Cuadernos de Galicia en los años sesenta.

Con independencia de este cuarto número, quisiéramos señalar que se observa, en la labor desarrollada por Cuadrante desde su primer número, una tendencia predominante al estudio del entorno físico y familiar de Don Ramón y de los aspectos relacionados con el apellido Valle-Inclán, que resulta de gran interés, ahora, para su lectura y conocimiento, y habrá de resultar valioso, andando el tiempo, para la mayor precisión de su biografía. Desde aquí saludamos a los artífices de esta labor y animamos a la revista a perseverar en este sentido.

  

El Pasajero, estío 2002
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